Aunque quizás de primeras puedas pensar que unas croquetas de espinacas son poco apetecibles por ser verdes, te sorprenderá descubrir que son un bocado delicioso. Las espinacas combinan genial con la bechamel, no te digo más.
A la hora de degustarlas, las puedes servir como aperitivo o como plato, para esto último, sólo necesitas acompañarlas de una ensalada mixta con atún, que le vendrá de maravilla. Pero si buscas algo más suculento, tienes que probarlas con un poco de tomate frito casero. ¡Ya verás qué combinación!
Dicho esto, aquí tienes cómo hacer croquetas de espinacas según te lo contamos en elcroquetario.es. ¡A croquetear!
Ingredientes
- 200 g. de espinacas frescas
- (100 g si son congeladas )
- 60 g. de harina de trigo
- 30 g. de mantequilla
- 30 g. de aceite de oliva virgen extra (2 cucharadas)
- 500 ml de leche entera
- 1 cebolla
- 1 pizca de nuez moscada
- 1 pizca de pimienta negra
- 2 huevos
- Pan rallado
- Sal
- Aceite para freír
Preparación de croquetas de espinacas
Lo primero de todo vamos a comenzar limpiando las espinacas si las utilizamos frescas. Las enjuagamos en agua y las escurrimos. Luego, las vamos a cortar en trocitos, tanto las hojas como los tallos.
Pelamos la cebolla y la picamos muy finamente.
Ponemos una olla al fuego medio. Calentamos en ella el aceite de oliva junto con la mantequilla hasta que ésta última se derrita. Echamos la cebolla y la sofreímos hasta que se ponga translúcida. Removemos con frecuencia para que no se queme.
Echamos ahora las espinacas a la olla. Removemos y las rehogamos unos 5 minutos a fuego medio.
Espolvoreamos la harina, mezclamos bien y dejamos que cueza un par de minutos para que pierda el sabor a crudo.
Incorporar la leche poco a poco al mismo tiempo que removemos con unas varillas. Probamos y sazonamos al gusto con sal, pimienta y nuez moscada.
Calentamos a fuego medio removiendo con frecuencia hasta que la bechamel empiece a despegarse de la olla.
Engrasamos con mantequilla una fuente. Untamos con una fina capa de aceite la superficie para que no se reseque, tapamos y lo guardamos en la nevera para que se enfríe y endurezca la masa. Lo dejamos allí al menos 4 horas o de un día para otro.
Sacamos la masa de la nevera y la moldeamos en forma de croqueta. Pasamos por huevo batido y rebozamos con pan rallado.
Freír las croquetas de espinacas en abundante aceite bien caliente (pero sin que llegue a humear). Hay que freírlas por tandas, sin sobrecargar la fritura. Lo mejor es que el aceite cubra por completo las croquetas.
Una vez doradas al gusto, las sacamos sobre papel absorbente o una rejilla. ¡Que las disfrutes!